sábado, 16 de julio de 2016

Materialidad y tiempo. Arquitectura que nos refuerza y arquitectura que nos aleja de nuestra esencia.

Los materiales naturales expresan su edad e historia, al igual que la historia de sus orígenes y la del uso humano. Esta materia existe en el continuum del tiempo; el tiempo añade una pátina que se convierte en una cracterística imanente a estos materiales.

Los materiales actuales producidos a máquina- paños de vidrio sin escala, metales esmaltados y plásticos sintéticos- tienden a ofrecer al ojo superficies implacables sin expresar su esencia material ni su edad, existen más allá de continuum. Los edificios de la era tecnológica aspiran a una perfección joven y eterna, no tienen la característica humana del envejecimiento. Buscando además una sensación de flotación e ingravidez. Esta arquitectura busca la reflexión mediante las graduaciones de transparencia, la cubrición y la yuxtaposición para crear un sentido de espesor espacial, así como sensaciones abstractas del movimiento de la luz.

Crea espacios contradictorios a través de la ingravidez y la inmaterialidad en vez de gracias a la masa y la presencia, como lo hacen la construcción de materiales tradicionales.

Debilitando así la experiencia temporal. En mi opinión el uso indiscriminado de este recurso aleja la arquitectura de las necesidades existenciales del hombre, rodeándolo de un ambiente incoherente que no responde al paso del tiempo, creando así una incoherencia con la realidad de existir natural del hombre. Esto  me desorienta de la realidad que percibo y proceso, se crea un ambiente totalmente antinatural. Nos priva del placer sensual y de las infinitas peculiaridades de los accidentes y maneras en las que se han construido las cosas, orientando todo a un patrón más extandarizado y único, cerrándonos la perspectiva del entorno en un continuo interminable  e igual, lo que lleva a aletargar nuestros sentidos.

Esta imagenería moderna debería tener conexiones existenciales para no vaciarlas del contenido emocional y queden reducidas a puros intelectualismos teorícos construidos en una realidad que terminan deformando. Crean un mundo irreal, en parte inmaterial e intemporal no acorde con la existencia humana que sólo se da en un aquí y ahora.


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